Septiembre es una época de muchas vueltas: vuelta de vacaciones, al trabajo, a la rutina, o la vuelta al cole… y lo normal es que se nos haya ido la mano con los gastos extras del verano. Los españoles somos de tirar la casa por la ventana, porque las vacaciones ¡son una vez al año! Pero, ¿tienes controladas tus cuentas? Hoy, en Wiquot, nos centramos en el ahorro hormiga. Ahí van 15 consejos para ahorrar en pequeños gastos.
El síndrome postvacacional no solo es mental, también es un problema que afecta a nuestros bolsillos. Por lo general, tenemos controladas nuestras cuentas para hacer frente a gastos a medio y largo plazo. Eso nos da la suficiente tranquilidad para ir tirando de tarjeta y olvidarnos durante unos días de los presupuestos. Pero, ¿qué hay de las pequeñas emergencias?
Haya, o no, gastos urgentes de última hora a final del verano, el mes de septiembre se puede convertir en una segunda “cuesta de enero” para la mayoría de economías domésticas. Por eso, el final del verano es un momento perfecto para aprender del ahorro homirga, apretarse el cinturón y hacer frente a los pequeños gastos, los gastos hormiga.
¿Qué son los gastos hormiga?
Cuando hacemos una previsión de gastos mensuales para gestionar mejor nuestra economía doméstica, la mayoría hacemos un recuento de los gastos comunes: el alquiler o la letra de la vivienda, los recibos de luz, de agua, internet, la alimentación, los seguros del coche, la moto o la gasolina… Lo malo es que, normalmente, siempre nos olvidamos de los llamados gastos hormiga. Esos pequeños gastos cotidianos, como un café, un paquete de chicles o una cena con los amigos, son los que terminan disparando el gasto final.
¿Qué hacer frente al gasto hormiga?
Algunos se resignan, otros lamentan su falta de control y nosotros te mostramos tu mejor arma: el ahorro hormiga. ¡No te preocupes! Esos pequeños gastos, que al final del mes son capaces de desequilibrar todos tus balances domésticos, se pueden combatir. Este es el decálogo de Wiquot con algunos consejos práctico para convertir el gasto hormiga en ahorro hormiga.
1. Ponte un presupuesto para los gastos hormiga
Puedes permitirte algunos caprichos, pero es mejor asignar una cantidad al mes para tomar café, cenar fuera o ir al cine. El truco no está en dejar de disfrutar de tu vida, si no en planificar tus gastos extraordinarios. ¿Cuánto te puedes gastar diariamente en caprichos? Piénsalo bien. Acabas de comenzar tu camino en el ahorro hormiga.
2. No improvises, ni pierdas la cabeza
Ten claro cuánto quieres ahorrar al mes y cuánto puedes gastar. No te salgas de ese guión o tu presupuesto mensual volará por los aires. Es duro, pero al final de mes, lo agradecerás. Si tienes gastos no programados, intenta eliminar en lo posible los rutinarios.
3. La fortuna del comienzo de mes
Si cada comienzo de mes te relajas, pero acabas el mes con la cuenta del banco bajo mínimos, no te agobies, es lo habitual en las economías domésticas ajustadas. Al cobrar la nómina a principio de mes se suele tener una falsa sensación de abundancia, que sin dudar nos lleva a realizar más gastos en caprichos. Antes de sacar la cartera, recuerda los agujeros que puedes llegar a hacer en la cuenta del banco. Empieza a controlar ese impulso ¡y no te dejes llevar al ver la cuenta llena!
4. Gastos hormiga que puedes evitar
Hay dos que nunca fallan. Almuerzos o meriendas y el picoteo de las máquinas expendedoras. Si te toca almorzar en el trabajo, ¿qué tal sustituir al bocata del bar por un sándwich casero? Si tienes que comer en la ofi, tira de tupper. Tu bolsillo y tu salud te lo agradecerán a final de mes.
5. Objetivos con gran satisfacción personal
En el ahorro, tener una gran meta también ayuda a ser constante en el esfuerzo. Por ejemplo, coge un bote de cristal y cada euro que ahorres en gastos hormiga destínalo para las vacaciones o a algún curso que te interese. Ver cómo crece el bote con cada ahorro mensual, te hará multiplicar tus esfuerzos para luchar contra los gastos hormiga.
6. Adiós al dinero de plástico
El dinero de plástico es cómodo, rápido y traicionero. Un gasto hormiga pagado con tarjeta no duele de inmediato, pero si cuando mires los últimos movimientos de tu tarjeta. Los pagos pequeños hazlos siempre en metálico. Gasta lo que lleves en el bolsillo. Así te dará tiempo a pensar si es necesario o no gastar ese dinero o usar la tarjeta.
7. Ojo al transporte
Haz un repaso a cada uno de tus desplazamientos. Calcula cuánto gastas en cada viaje y averigua si puedes ahorrar racionando tus viajes. Si usas transporte público, mira las ofertas de abonos mensuales y elige el tuyo. O si eres de los que tiene que usar vehículo propio para ir al trabajo, comparte coche o incluso maletero para transportar tus cosas. Y si viajas fuera de tu ciudad, comparte coche en cualquiera de las plataformas online que hay en el mercado.
8. Comprar sin hambre y lista en mano
Te voy a contar un secreto. Hacer la lista de la compra no es un invento para los despistados, sino para los ahorradores. Antes de ir a comprar haz una lista de todo lo que necesitas y no te salgas de ella. Agrupa tus compras por comercio, ve al grano y, a poder ser, baja sin hambre. No te engañes. Cada vez que visitas un supermercado, hay gastos hormiga colándose en tu carro: los heladitos en verano, esas galletitas tan buenas, el chocolate… ¡Obedece a tu lista!
9. Registra tus gastos
Guarda tus tickets y lleva un control de gastos hormiga. Hoy en día hay un montón de aplicaciones para que puedas registrar cada gasto. Saber cuánto y en qué gastas más dinero te permitirá mejorar tu ahorro hormiga. Además, podrás tomar decisiones para ajustar tu presupuesto y ahorrar más o menos en determinadas partidas. ¡Sé constante y no abandones tu control de gastos!
10. Hogar dulce hogar
Todos lo sabemos, como en casa en ningún sitio. Pues eso, para ahorrar tendrás que aplazar ciertos caprichos. Hoy por hoy, pisar la calle es gastar. Por ejemplo, si eres de los de aperitivo en el bar, hazte a la idea de que en casa también puedes tener ese pequeño gran placer y, de paso, ahorrar mucho más de lo que crees a final de mes. Selecciona los eventos sociales a los que acudir y a los que no.
11. ¿Usas todo lo que pagas?
Si has pagado una academia de idiomas a la que no vas, eres socio de un gimnasio que no pisas o tienes contratada la tv por cable y nunca estás en casa… algo falla. ¿Por qué pagar por algo que no utilizas? Por ejemplo, ¿sabías que muchas compañías de seguros mejoran cada año tus coberturas? En muchas ocasiones, eso significa que año tras año, cada 31 de diciembre, añaden a tus pólizas una cobertura X, aunque sea la más absurda que puedas imaginar. Bajo ese pretexto puedes estar pagando 100€ más de póliza. ¿Es justo? No. Pero solo tú puedes poner al día tus contratos y finanzas personales. En Wiquot, tienes la herramienta perfecta, rápida y gratuita para empezar a controlar contratos, seguros y tener las mejores ofertas del mercado.
12. Ataja tus deudas
Si puedes zanjar cualquier deuda, adelantar el pago de las letras del coche o la casa y esquivar intereses ¡no te lo pienses! Si consigues rebajar las tasas de interés o los plazos que pagas, verás que hay gastos hormiga dispuestos a convertirse en gastos dinosaurio.
13 ¿Ahorras en el mejor banco?
Al igual que los intereses por un préstamo o los pagos aplazados, hay otros gastos hormiga como las comisiones bancarias que se traducen en pérdida de ahorros. En el mercado bancario español, aún hay entidades que cobran gastos por el “mantenimiento” de tu cuenta, por utilizar la tarjeta de débito, realizar transferencias o sacar dinero en determinados cajeros. ¿Tu banco es rentable? Estudia tus opciones.
14. Quien lo sigue ¡lo consigue!
Sé fuerte, constante y cumple lo que te propones. Tener un control de gastos y un presupuesto mensual significa cumplirlo. Si no es así, será mejor que no lo hagas o conseguirás frustrarte. Conciénciate. El esfuerzo merece la pena porque ahorrar, además de tranquilidad, te proporcionará grandes satisfacciones.
15. Una cuestión de buenos hábitos
Recortar siempre cuesta, por eso, antes de empezar con el ahorro hormiga, hagamos una reflexión en positivo: reducir los pequeños gastos hormiga no significa convertirse en una persona huraña o en un penitente. Antes de empezar un plan de ahorro, hay que saber distinguir los placeres “low cost” que te aportan satisfacción personal y una vida sana y los que no, y prescindir siempre de estos últimos.
Información Bitacoras.com
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