¿Conoces tu banco? ¿Sabes cómo trabaja con tus ahorros? ¿Cuántas veces te has planteado qué hace el banco con tu dinero? En Wiquot tenemos el gustazo de contar con Joan Ramón Sanchis, un experto en economía que, en nuestras próximas entregas, nos contará cómo funciona la banca española y qué cambios deberían darse en ella.¿Quieres ahorrar de forma segura? Presta atención. Hoy descubrimos cómo deberíamos ver la banca.
Hace unas semanas coincidimos en un programa de televisión con Joan Ramón Sanchis. Tuvimos la suerte de estar invitados el mismo día para hablar un poco de economía, cada uno desde su punto de vista. David Navaro, Director de Wiquot, trató de aclarar algunas de las trampas de permanencia más comunes de las empresas de telefonía móvil. Joan Ramón iba a hablar de un tema mucho más peliagudo: el de los bancos.

Joan Ramon Sanchis
Juan Ramón Sanchis es nada más y nada menos que Catedrático de Organización de Empresas y Director del Instituto de Investigación en Economía Social, Cooperativismo y Emprendimiento de la Universitat de Valencia. Además, tiene editados varios libros sobre banca ética, los modelos de banca cooperativa y el papel de la banca de proximidad. Entre ellos está La banca que necesitamos, y su último trabajo ¿Es posible un mundo sin bancos? Cómo os imagináis, no podíamos perder la oportunidad de que nos concediese una entrevista en la que despejar dudas, aclarar realidades y activar nuestra responsabilidad como consumidores y ahorradores.
Lo primero de todo, mil gracias Joan, por ofrecernos tu tiempo. Sabemos que eres una mina de conocimiento y que podríamos hablar contigo durante horas sobre economía social, finanzas y emprendimiento, pero como los lectores de Wiquot.com son grandes ahorradores, vamos a empezar la casa por los cimientos.
Hablemos de nuestro banco. Cuéntanos, ¿cómo funciona la banca en España y cómo sería la alternativa perfecta a la banca convencional?
El sistema bancario español ha estado formado por tres clases de entidades muy diferentes entre sí: los bancos sociedades anónimas, las cajas de ahorros y las cooperativas de crédito.
Un banco trabaja principalmente con grandes empresas y grandes fortunas, dedicándose en gran medida a la especulación financiera en los mercados internacionales, aunque también aceptan pequeños ahorradores e inversores.
Las cajas de ahorros han sido tradicionalmente más familiares y próximas a los ciudadanos y se han dedicado a la banca minorista, principalmente particulares, autónomos, emprendedores y pequeñas empresas.
Por último, las cooperativas de crédito trabajan en gran medida con sus socios (tanto particulares como otras cooperativas) y se dedican a financiar empresas locales y pequeños ahorradores.
Las Cajas de ahorros y las cooperativas de crédito son bancos de proximidad, que históricamente han trabajado al servicio de las personas. Pero, desgraciadamente, son los bancos los que dominan el mercado y los que por su gran tamaño imponen condiciones muy negativas para los ciudadanos.
Si tenemos que pensar en una banca ideal, sería aquella que estuviera al servicio de las personas y de las pequeñas empresas y no al revés. Una banca que no se dedicara a especular con el dinero.
La mayoría de las personas de a pie oímos hablar de esa especulación monetaria, pero realmente no sabemos cómo funciona nuestro banco. Nos limitamos a llevar nuestros ahorros a una oficina, realizar domiciliaciones de nuestros contratos o a sacar dinero del cajero, ¿pero cómo trabajan los bancos?, ¿a dónde va a parar nuestro dinero?, ¿para qué les sirve nuestro capital?
Los bancos comerciales en España dedican una parte de su negocio a captar el ahorro de particulares y empresas y a colocarlo en préstamos y créditos.
Hasta aquí todo bien, porque esa es la función básica de un banco y es necesaria para que la economía funcione y se genere riqueza y empleo. El problema viene cuando los bancos intentan captar ahorro con productos financieros demasiado complejos y con un elevadísimo riesgo para los ahorradores, como ha sucedido por ejemplo con las participaciones preferentes. O cuando nos cobran comisiones desorbitadas por los servicios que nos ofrecen, como por ejemplo una comisión del 100% por hacer un ingreso en una cuenta de un banco del que no somos clientes habituales; o comisiones injustificadas, como son las comisiones por el uso de cajeros automáticos que recientemente acaban de implantar.
Por otra parte está el uso que hacen de nuestros ahorros, pues en muchos casos los dedican a especular en los mercados financieros o a prestarse dinero entre ellos a través del interbancario. La especulación del dinero es una práctica cada vez más habitual en la banca que supone un riesgo muy alto para la sociedad.
El banco no es un amigo, es una empresa que busca
maximizar sus beneficios económicos y, por tanto, no podemos fiarnos.
Entonces, cuando un banco nos ofrece altos intereses a través de un fondo de inversión, ¿podríamos poner en riesgo nuestros ahorros?, ¿podemos perder todo nuestro patrimonio en estos fondos?
Sin ninguna duda, aunque dependerá de las características del fondo en el que coloquemos los ahorros.
Hay fondos, por ejemplo los fondos públicos, que sí que son seguros, porque invierten en deuda pública. Pero hay muchos fondos privados que tienen un riesgo muy elevado, y generalmente el pequeño ahorrador no conoce el alcance de lo que se está jugando.
Hay que tener en cuenta que cuanto más alto es el rendimiento (tipo de interés), mayor es el riesgo. Esa es una regla que siempre se cumple. Es más conveniente invertir en fondos más seguros, como por ejemplo los públicos, aunque el rendimiento sea menor.
Durante la crisis financiera, son miles los pequeños inversores que han perdido todos sus ahorros por confiar en los consejos de su director o directora de oficina. El banco no es un amigo, es una empresa que busca maximizar sus beneficios económicos y, por tanto, no podemos fiarnos. Hemos de ser muy cautos.
En España parece que somos muy aficionados a los microcréditos o préstamos rápidos, ¿son tan viables como nos plantean las entidades que los ofrecen o pueden ser un arma de doble filo?
Son un arma de doble filo e incluso en muchos casos son un engaño. Durante estos años de crisis, debido a la restricción del crédito, están surgiendo muchas entidades que ofrecen pequeños préstamos, los llamados préstamos exprés, y que no debemos confundir con los microcréditos.
Los microcréditos son pequeños préstamos que ofrecen los bancos para montar un pequeño negocio y están perfectamente regulados y supervisados por el Banco de España. Sin embargo, la mayoría de las entidades que ofrecen préstamos exprés no están reconocidas por el Ministerio e incluso no están legalizadas; forman lo que se denomina la banca en la sombra. De hecho, son muy pocas las entidades que ofrecen este tipo de préstamos que están realmente reguladas.
Hay que huir de este tipo de entidades porque podemos quedar endeudados para toda la vida. Incluso hay prestamistas que utilizan la extorsión y la violencia para intentar cobrar los préstamos que han concedido.
Hoy en día los trabajadores buscan cuentas de ahorro sin comisiones y una alta rentabilidad, pero tomar la decisión de cambiar todos sus ahorros de banco se les hace un poco difícil debido a la desconfianza que despierta la banca, ¿qué indicadores debería tener en cuenta un ahorrador antes de depositar su confianza en un determinado banco?
Las comisiones y la alta rentabilidad de las cuentas no lo son todo. Además, como he dicho antes, cuanta mayor rentabilidad, mayor riesgo. Además, existen múltiples comisiones ocultas detrás de los reclamos publicitarios de muchas entidades bancarias.
Insisto en que no debemos fiarnos. Pero además, mi propuesta es que hay que considerar otro criterio a la hora de optar por un banco u otro, el criterio del consumo financiero responsable.
¿Qué pregunta, que nunca solemos hacer, deberíamos realizar antes de trabajar con una entidad bancaria?
Hemos de plantearnos la pregunta: ¿qué uso va a hacer el banco de mi dinero?, ¿en qué va a invertirlo?, ¿qué proyectos va a apoyar? Los únicos bancos que nos garantizan que nuestro dinero va a tener un uso limpio y ético son los bancos éticos y los bancos cooperativos.
Viendo todo lo que vemos a cerca de los bancos a más de uno se le van las ganas de acudir a cualquier entidad y abrir una cuenta de ahorro… Actualmente, ¿dónde está más seguro nuestro dinero, en casa o en una entidad financiera?
Pese a todo lo que se lee y se oye en los medios, tener el dinero en casa nunca es seguro, por lo que pueda pasar. Tenerlo en una entidad bancaria sí es seguro, porque existe una norma que garantiza el dinero de los depositantes hasta 100 mil euros por persona y cuenta, aunque el banco quiebre.
Por tanto, no hay duda de que lo más seguro es depositar nuestros ahorros en una entidad bancaria. El problema reside en las comisiones que nos cobran por mantener una cuenta corriente y por las operaciones y servicios que hagamos con los bancos. Por eso, hemos de elegir bien a la hora de decidir dónde depositar nuestros ahorros. Hay que ver distintas opciones, analizarlas y compararlas.
Ese es un punto en el cual solemos hacer especial hincapié, el de comparar y ver las mejores opciones antes de tomar una decisión. En Wiquot tratamos de concienciar sobre la importancia de gestionar mejor nuestra economía doméstica, y la verdad es que nuestros usuarios se interesan mucho sobre los consejos de ahorro que lanzamos en nuestro blog, y se sienten muy cómodos usando Wiquot para controlar sus principales gastos. Pero en realidad, y desde tu punto de vista experto, ¿cómo vamos los españoles en cuanto a formación financiera para gestionar las finanzas personales?
Muy mal. Hay un gran desconocimiento de cómo funciona realmente la economía y las finanzas. La cultura económica y financiera de los españoles es muy baja porque nos han tenido engañados durante mucho tiempo y porque en los centros escolares no se imparten asignaturas y conocimientos de este tipo.
Estamos también en el furgón de cola de la Unión Europea en este tema. Pero cuidado. Hace unos pocos años, el Banco de España ha iniciado un plan de formación en temas financieros para los escolares, pero lo están impartiendo los propios banqueros. Esto es una nueva tomadura de pelo. Quienes impartan la formación en temas financieros tienen que ser profesionales docentes independientes de los bancos.
Como no somos expertos en banca, probablemente se nos quede alguna pregunta interesante por el camino, ¿lanzarías algún otro mensaje importante a nuestros lectores para que estén bien informados a la hora de elegir banco?
Por mucha cultura financiera que pueda tener un ciudadano, nunca llegará a entender la complejidad ni las derivaciones de determinados productos bancarios; ni siquiera los propios empleados bancarios entienden del todo lo que están vendiendo, porque solo les enseñan habilidades comerciales.
Por eso, no podemos fiarnos del director o directora de nuestra oficina bancaria, no porque no sean amigos o familiares, que pueden serlo, sino porque tampoco comprenden en su totalidad los riesgos asociados a estos productos. Ante la duda, lo mejor es dejarse asesorar por un profesional experto en la materia que trabaje de forma independiente al banco. La labor que realiza Wiquot y otras plataformas y asociaciones de consumidores financieros es fundamental. El ciudadano ha de apoyarse en estos mecanismos.
Como imaginábamos, tener a un experto en banca para nosotros solos ha sido toda una revelación. Después de toda la información que nos ha regalado Joan se nos quedan cuestiones importantes en el tintero, por eso, en la próxima entrega de Wiquot hablaremos con él sobre el banco del futuro, la banca ética y si realmente es posible un mundo sin bancos.
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