La revisión técnica de nuestro vehículo es un elemento clave para optimizar su rendimiento y alargar su vida útil. Es necesario cumplir los plazos previstos por el fabricante y propios de cada vehículo para pasar la revisión. ¿Quieres que tu coche aguante unos añitos más? ¡No te despistes!
¿Sabías que no pasar la revisión dentro de los plazos establecidos aumenta un 20% las probabilidades de avería? Este olvido no sólo incrementará el coste del arreglo en el futuro, sino que condicionará la seguridad del vehículo.Con los kilómetros, las piezas se desgastan y algunos líquidos experimentan fugas naturales, como sucede con el aceite del motor, el líquido refrigerante o incluso el gas del aire acondicionado.
Por eso, cuanto más se alarguen las revisiones, peor será el estado del coche y habrá que cambiar y verificar más piezas. A pesar de esto, 4 de cada 10 conductores afirman haber retrasado el mantenimiento, revisión o reparaciones de sus automóviles, debido a la crisis y al elevado gasto que suponen.
Como se suele decir “más vale prevenir que curar”. Una revisión a tiempo ayuda a que todo se desarrolle según lo previsto y evita sorpresas que pueden hacer que nuestro presupuesto se tambaleé. No deberíamos esperar a que nuestro vehículo empiece a hacer ruidos extraños, echar humo o a vibrar para llevarlo al taller.
¿Sabías que algunos seguros cubren una revisión anual? Revisa tu póliza o consulta con tu corredor y no aplaces más lo necesario.
Pero la realidad es que por el ajetreo del día a día, las tareas de mantenimiento a las que nos dedicamos principalmente con nuestro vehículo son dos: llenar el depósito y lavarlo de vez en cuando.
Para no perdernos en cuestiones técnicas del vehículo, ya que no somos mecánicos, os vamos a contar cuáles son los elementos del vehículo que debemos revisar y controlar de manera regular:
- Aceite: comprobar su nivel periódicamente, concretamente es aconsejable hacerlo cada tercer depósito de gasolina que se llene.
- Anticongelante: con temperaturas bajas, es recomendable revisarlo cada semana pero con temperaturas más altas, una vez al mes será suficiente.
- Faros: verificarlos periódicamente para detectar fallos y reparar o cambiar el faro si es necesario.
- Limpiaparabrisas: revisarlos a menudo y poner otros si están estropeados, lo que podemos detectar principalmente si al encenderlos no eliminan el agua de manera efectiva o hacen mucho ruido durante su funcionamiento. El periodo estandar sería cambiarlos una vez al año.
- Líquido de limpiaparabrisas: comprobar su nivel aproximadamente cuando llenemos el depósito de gasolina y añadirle agua. Una vez al mes, incluir un poco de limpiacristales.
- Líquido de dirección hidráulica: medir cuál es su estado al menos cada 30 días y llenarlo cuando el nivel esté bajo.
- Líquido de frenos: al igual que el hidráulico, de debe mirar mensualmente y rellenarlo cuando sea conveniente.
- Amortiguadores: para probarlos deberíamos botar un poco y cuando dejemos de ejercer presión, el coche no debería moverse.
- Líquido de transmisión: conviene revisarlo una vez al mes con el motor encendido, pero no caliente, y el freno de mano puesto.
- Neumáticos: importante mantener la presión adecuada y detectar grietas, abultamientos o desgastes.
Aparte de estas piezas clave, no debemos olvidar la limpieza del vehículo, tanto por dentro como por fuera. Sí, como lo oyes, todos sabemos la importancia de la belleza exterior, una carrocería limpia es reflejo de un vehículo cuidado, pero no podemos descuidar el interior, la suciedad del motor puede traer graves consecuencias, como elevar la temperatura y provocar recalentamiento del vehículo.
Si nos ocupamos de mantener en perfecto estado y chequear nuestro vehículo, sin duda, ahorraremos dinero, sobre todo a medio-largo plazo, ya que gozará de buena salud y una larga vida en la que las revisiones no nos depararán sorpresas.
[…] Asegúrarte del buen estado del vehículo. Antes de salir de viaje revisa sobre todo las luces, el limpia parabrisas, los frenos y los neumáticos. Si estos últimos tienen un gran desgaste en su dibujo o una presión inferior al 30% recomendado tendrás un riesgo mucho mayor de aquaplaning. […]